Para encontrar la localización ideal es necesario buscar y remover el cielo y la tierra. Muchas veces nos obsesionamos con ello y olvidamos el mundo que nos rodea. Una de mis localizaciones favoritas como fotógrafo de bodas es en el mar, por su imperfección y su belleza es arrebatadora y cautivadora. En el mar, a cada ola, a cada momento cambia el mundo. Por ello, las fotos de boda en la playa son únicas.
Por qué me gusta realizar fotos de boda en la playa.
Cada pareja con la que he trabajado y he compartido tantos momentos únicos, es completamente diferente. Como las playas que he fotografiado. Y es que una playa choca como una pareja, es la unión del mar y la tierra, en un compromiso que durará hasta que el agua se separe de la tierra misma.
Con cada ola, con cada ida y venida del mar el mundo cambia y estos cambios efímeros se vuelven eternos en una fotografía. Un recuerdo del que aunque el tiempo pase, ese momento, fue tuyo, fue vuestro. Con cada grano de arena bajo vuestras pisadas imperecederas y cada gota del agua del mar reflejando vuestro amor.
«Un mundo en un detalle.»
Fotografiar el mar y su luz.
Todo esto se puede lograr con esfuerzo y con paciencia. Prepararnos para los elementos, para el mar embravecido y para la calma del cielo. Prepararnos para saber cuando las últimas luces del día nos regalarán ese instante perfecto, donde el sol, la tierra y el mar se besan y desatan un crisol de colores irrepetible. Único para nuestra memoria e imborrable en vuestras fotos de boda en la playa.
La fotografía como el mar, solo deja a los buenos marineros que naveguen tranquilos en sus aguas y lleguen a salvo a la arena de sus playas. Por ello, quiero guiaros en este viaje, en esta experiencia única en vuestra vida. Y llevaros así, un recuerdo inolvidable de este maravilloso día.
Compártelo si te ha gustado y deja en comentarios cuál sería tu sesión de fotos perfecta en la playa.
«A quien amas, dale alas para volar.»
-Dalai Lama
